Ahogada

Ahogada. Así me siento. Sumergida en un mar completamente de desconsuelo y terror. ¿Se puede una persona, desarmar un poco más, día a día? La respuesta, los sorprenderá. Bendita mente masoquista que se aferra a ideales que no puedo tocar, a personas que ya no están, a sueños que lejos me quedan, a lugares que de sus direcciones me olvidé, de voces que ya no reconozco… de momentos, que se evaporaron en cada suspiro de una madrugada llena de insomnio. Otra noche más donde mi almohada es testigo de mis penas, de la oscuridad que hay en mis ojos, de frases que no dije por miedo. Soy de las que se aleja si algo molesta, y el otro no se entera. Soy de las que pide perdón por todo. Soy de las que pide permiso hasta para pensar. Soy de las que se sienten culpable por un error que no cometió. Soy de las que empatiza tanto, que al final del día termina totalmente agobiada. Soy de las que llora sin problema, sin pudor… pero debajo de las sabanas, con una canción triste de fondo. Soy de las...