Responsables
Soy parte de la generación que se refugia en el "Solo se vive una vez" pero nada hace para cumplir con esa frase. Siempre estamos al borde del abismo, sin estar atado a ningún arnés, a nada que nos brinde protección; porque ya hay ciertos dolores que logramos distinguir con rapidez, decepciones que se llevaron todas nuestras mejores caras de sorpresa. Soy parte de la generación que proyecta a futuro constantemente, la que se llena de ideales en la mente y siempre espera algo de la vida; nos olvidamos tanto del ahora, del presente, que claramente no estamos viviendo como deberíamos. Nos sumergimos entre posibles finales, en personas que nos hacen sentir inseguros, en comparaciones absurdas que no hacen mas que nublarnos la vista del paisaje.
Nos aburrimos muy fácil de las cosas ahora. Perdemos el interés en cuestión de segundos, y no le damos un verdadero valor a todo lo que nos va transformando día a día; porque somos eso, un cambio constante que no radica en un sólo "yo", sino en muchos, que después te llevaran a ser la persona que en un tiempo vas a tener que aceptar.
Por ejemplo, el amor moderno, ese amor al que todos elogian ahora... ¿Por qué? No hace más que dejarnos marcas en el cuerpo difíciles de sanar, donde cada abrazo o beso sobre la herida que recibamos, hará remover todo un pasado lastimoso. Hay personas que intentan hacer de todo, para sentir lo menos posible. Es una locura. Que te quiero ver, pero no me muevo. Que te extraño, pero no te hablo. Que te quiero, pero no te lo digo. ¿Y la valentía? "Para qué entregarme si es siempre lo mismo" Si no te vas a entregar por completo, entonces no hagas nada; no inicies conversaciones si después no vas a saber como terminarlas. No dediques canciones, si después no vas a aceptar la respuesta. No llenes a esa persona de indirectas, si cuando el otro te sea directo te vas a acobardar como por arte de magia.
Hay algo que hay que dejar en claro: cuando el interés es mutuo, se nota. Nadie gasta su tiempo en disimularlo. ¿Te quiere? Se le va a notar. Le va a salir de la boca miles de frases hermosas, piropos, tiernos o subidos de tono. Le van a picar las manos por querer acariciarte. Se le van a helar los huesos cuando le falte el calor de tu cuerpo. Va a querer abrazarte cada vez que te vea mal. Va a sonreír con cada foto tuya que vea. Porque el interés, cuando es mutuo, no genera una obligación.
Y con el desinterés, pasa exactamente lo mismo. Se nota a kilómetros. Cuando no te quieren, se nota, se siente. Te quema por dentro como esa cucharada de sopa que no llegaste a soplar. No necesariamente tiene que existir el engaño, ni la decepción ni siquiera un futuro frustrado de promesas no cumplidas. Nada de eso. Lo peor que podemos hacer, es lograr captar todas estas señales y mirar para un costado; eso solo nos lleva a alimentar la esperanza de algo que está sin vida. No hay reanimación posible para un sentimiento que desde el día uno que se plantó, alguien le tiró un balde de agua fría porque tenía ganas de sentir menos. No se crean esas mentiras por el simple hecho de estar cómodos, es enfermizo. No se inventen las ganas. No persigan personas que no lo dan todo, que sentir les da miedo. Es frustrante.
Si es difícil irse queriendo, imagínense asumir que no te quieren. Que no es tu lugar ese al cual vos te estás acomodando, solo porque no queres volver a tu soledad. Porque te recuerdo, que vos estabas bien en esa soledad; sí, querías un amor, un abrazo, un beso y risas. Pero mientras no existía nada de eso, estabas bien, porque simplemente lo contemplabas desde lejos. Y ahora que ya no hay nada de esas acciones, ahora que esa persona no está, solo queres volver a esa puta soledad donde tan reconfortante te recordas. Claro, si antes esta persona no existía, claramente vas a querer volver a ese tiempo pasado donde no había nada por el cuál sufrir.
Hay algo que se llama: responsabilidad afectiva. Y es muy peligroso no estar enterado de eso. Cuando vos formas un vinculo afectivo con alguien, quieras o no, sos responsable de lo que la otra persona pueda llegar a sentir. Los lazos se crean de a dos; así como las promesas, el cariño, la fantasía, el apego... todo va atado a la otra alma que también te está correspondiendo. Podés no querer nada, es un derecho claramente, pero cuando el otro muestra ese interés que vos no tenes; no seas mala persona. No nos hagamos los desentendidos, no juguemos con los sentimientos de nadie, y sepamos empatizar con esos ojos que te ven y algo le producís. Uno no elije querer, enamorarse, extrañar, llorar ni nada de eso; simplemente le pasa. No importa si lo dijiste una, cinco o diez veces: hay que hacernos cargo de lo que provocamos. Pasarla bien, hacer chistes, y aventurarnos en personas es muy lindo y divertido. Pero cuando esa persona te hace una confesión, no hacemos más que hacernos los sorprendidos, o incluso peor, desentender de todo lo que generamos rompiéndoles el corazón.
Perdón pero no. Si te quiero, no es a media. Te quiero y ya. Porque disfruto sentir. Disfruto de la intensidad con la que me muevo. Porque a mi se me va a notar cuando sienta conexión con el otro. A mi las ganas se me notan en la brilles de los ojos. Porque el contacto, la química, la conexión, lo necesito para seguir viviendo. Suena intenso, tal vez. Pero al menos me animo. Al menos tengo la sangre caliente. Nos hicieron creer, que para sentir, había que entregarse de lleno sin medir consecuencias. Ahora resulta que amar, es un sacrificio. ¡Qué idiotez! El amor no es juego, no se trata de tirarse a un pileta con agua estancada. No se mientan con "jugársela" por alguien, al final del día van a terminar cansados de remar solos esa canoa hecha a media. Si te nace, es porque realmente queres estar con la otra persona. El amor será simple cuando comprendamos que no se puede vivir de expectativas, ilusiones, traumas emocionales, necesidades, algún que otro patrón heredado; y por sobre todas las cosas... salir de ese amor romántico que nos vendieron desde la niñez. Es cuestión de ser conscientes y responsables. Tan simple como eso.
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