Intensos

 

Que mal la pasamos los intensos. Porque si, somos intensos ¿Algún problema con eso? Nos emocionamos con rapidez con el apego emocional, nos nutrimos de lo sencillo; absorber es nuestra principal debilidad. Tal vez es la falta latente de amor propio, la necesidad de una atención constante, o las decepciones amorosas que siempre nos llevaron al fracaso, haciéndonos tropezar una y otra vez con la misma piedra. Y es que es difícil, es difícil cuando la gente no entiende que los intensos, los que se permiten vivir las cosas como son, los que simplemente se animan a sentir... a esos hay que cuidar mejor. Somos artistas independientes esculpiendo esculturas con los ojos cerrados, que sin saberlo, siempre terminamos esculpiendo la misma forma: un corazón flechado. 

"No te ilusiones" sí, es muy fácil decirlo. Pero vos no sos yo, ni yo soy vos. No tenes mi mente acomplejada, mi corazón caliente. Porque somos eso. Un corazón caliente. Que se permite sentir todo lo que el otro no; los que se animan a dar el primer paso, a sonreír ante un mensaje, a escuchar una canción y dedicarla mentalmente, a ver la luna e imaginar un rostro, a llorar bajo la ducha ante la primera crisis. Ilusionarse no es una opción de la cual yo puedo elegir o no, ojalá todo fuera tan remotamente sencillo. La atención que la gente me da, es justamente la que no tengo, la que no recibo y mi alma la abraza al instante. ¿Por qué desconfiar? ¿Por qué creer que una persona deseándome un buen día es alguien malo? ¿Por qué creer que una persona que elige enviarme una canción, tiene un cerebro psicópata? ¿Por qué alguien que se preocupa por mi, después va a tener malas intenciones? Yo no lo veo así. Para mi es todo mucho más sencillo. Y con esa sencillez es que también termino engañada, porque no suelo ver las dobles intenciones de las personas. 

Tal vez es obsesión, algunos le llaman así. Pero ni siquiera llega a ser amor, como para confundirlo con eso. El sentimiento no es tan grande como para que el corazón se astille, pero si lo suficiente como para pegar un grito ahogado mientras rompemos en llanto. Es complicado. Es ese instante, en el que no sabes si arriesgarte va a tener el mismo efecto en el otro como el efecto que tuvo en vos. Porque los intensos, siempre nos terminamos arriesgando, siempre. Algunos tardan más, otros menos, pero ahí estamos, con cuchillo y tenedor esperando la respuesta del otro... respuesta que no llega porque como era de esperarse, siempre nos metemos con personas que sienten a media. Y es un patrón que se repite. Porque somos como dos polos opuestos que se atraen, imposible de separarse pero sabiendo totalmente que no es correcto juntarse con alguien así.

A su vez, somos bastante indescifrables, nunca se sabe con qué disparate vamos a salir, con que razonamiento ilógico vamos a dialogar (ilógico para lo que no nos entienden). Todo es blanco y negro. Extremistas y liberales. No nos aferramos a ninguna opinión, porque queremos ser escuchados y explorar todo tipo de consejo que nos brindan. Amamos la soledad, el sonido del silencio, el espacio propio donde podemos conectar con nosotros mismos y en ese preciso momento, no dependemos de nadie. Mi fantasía sexual es nunca jamás depender emocionalmente de un ser. Y no significa que tenga miedo a amar, o ser amada; sino todo lo contrario. Porque amar, o querer, no te tiene que atar a nadie, no tiene que crear lazos invisibles entre vos y esa persona, debemos ser los únicos responsables de nuestros propios actos. Debemos aprender que a veces existen las mismas ganas, pero no las mismas intenciones. Y respetar eso. ¿Nunca se pusieron a pensar, que si tienen miedo a que alguien les haga daño, en realidad ustedes se dañan a si mismo teniendo miedo? 

Me encantaría tener un interruptor donde mis sentimientos se pudieran apagar con facilidad. Pero eso iría en contra de mis principios; porque como dije al comienzo del texto, yo me animo a sentir. Yo me tiro a la pileta sin importar si hay agua o no; porque me gusta, porque me agrada la versión que soy al lado de personas que me brindan atención, de personas que me hacen reír, que me hacen sentir un zoológico entero en el estomago. Pero ojalá les sirva este consejo: ténganle miedo a esa persona que le rompieron el corazón pero aún así los mira y les sonríe. Acepta llamadas, mensajes o los caprichos que nacen en un día malo, y siguen ahí. Eso solo significa, que además de que su amor si fue sincero, los usaron de experiencia para crecer. Y a ese punto quería llegar. Nosotros los intensos, constantemente estamos en proceso de crecimiento personal, exprimimos emociones tanto como podemos y nos nutrimos de experiencias; para el día de mañana, con una sonrisa más amplia, con una actitud mas holgada, le contemos en un bar esa anécdota a ese amigo, amiga, pareja, familiar o quién sea, que la está pasando mal. Al final del día, los intensos, nos volvemos pequeños grandes sabios, donde nos buscan para un consejo, porque lo saben. Saben la infinidad de veces que saltamos al precipicio sin paracaídas y cuan dura fue la caída… ¿pero y qué? Seguimos de pie, con cicatrices y algunos rasguños, pero de pie, aun contentos porque vivir todo con intensidad, tiene su recompensa.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Empatía

Circulo Vicioso

Ahogada